Existen numerosos aspectos que influyen en una raqueta y en nuestro juego final. ¿Quieres conocer estos factores y cómo mejorarlos?
Como hemos visto en posts anteriores, existen diferentes características que configuran una raqueta y que nos dan una pista del tipo de jugador al que van destinadas. 2 de estas características muy importantes son el peso y el balance de la misma; la combinación de estas 2 (además de otras como la rigidez, el tamaño del tamiz, patrón de encordado, etc…) nos dirán cuán manejable, estable y potente puede llegar a ser una raqueta, y serán un indicativo muy fiable para elegirla en función de nuestra edad o nuestro estilo y nivel de juego.
Pero ¿es posible modificar estos parámetros uno mismo de manera precisa? ¿Qué se necesita? ¿Qué ventajas e inconvenientes puede tener el modificar las características de fábrica que definen una raqueta? ¿En qué casos es recomendable? Estas y otras cuestiones son las que trataremos en este artículo.
¿Para qué plomar mi raqueta?
Antes de modificar ningún parámetro importante de la raqueta, hay otras opciones. Cambiar a un cordaje de unas determinadas características o modificar la tensión del mismo con la que habitualmente jugamos (subiendo o bajando 1 kilo ó 2 dependiendo de lo que busquemos) es lo más rápido y sencillo. Analizar nuestra técnica y nuestra manera de golpear a la bola también es importante, ya que en ocasiones un pequeño ajuste técnico nos ayuda a adaptarnos mejor a una raqueta.
Si llevas tiempo jugando con la misma raqueta y tras experimentar con cordajes y tensiones sigues pensando que a tu raqueta le “falta algo” para que te resulte del todo completa, quizá si sea el momento de plantearte el hacerle alguna pequeña modificación.
Existen diferentes motivos para decidir plomar una raqueta. Puede que tras llevar tiempo jugando con una raqueta con la que te encuentras muy a gusto, empieces a evolucionar en tu juego o a medirte con rivales que le pegan más duro, y sientas que necesitas más peso en tu raqueta para ganar en estabilidad e imprimirle más peso a la bola.
Quizá te gustaría experimentar con modificar levemente el balance hacia el puño para tener más control o hacia la cabeza para ganar en pegada, o quieras desplazar más hacia arriba el punto dulce de tu raqueta para no notar tanto un golpeo descentrado. También puede ser que tengas 2 raquetas con características diferentes y quieras modificar una de ellas para dejarla lo más parecida a tu raqueta “titular” y así tenerla como segunda raqueta.
Si te sientes identificado con alguno de estos casos, sigue leyendo. Te daremos unas nociones básicas de cómo hacerlo de la manera más efectiva y correcta.
Consideraciones a tener en cuenta antes de plomar:
Plomar una raqueta con plomos adhesivos, que es lo que vamos a ver en este post, es un proceso reversible. Es decir, en caso de no obtener los resultados que buscabas bastará con despegarlos y tu raqueta volverá a su estado original sin sufrir ningún percance.
Hay que tener en cuenta que una raqueta de tenis ha sido diseñada por ingenieros buscando un equilibrio a través de sus materiales, su peso y su balance. Cualquier modificación que hagamos descompensará la raqueta en diferentes aspectos, por lo que es importante que antes de meterte a plomar le des una oportunidad y, como hemos dicho anteriormente, pruebes a modificar el cordaje y la tensión.
Prueba introduciendo poco peso y observando los resultados poco a poco. No introduzcas 20 gramos de golpe porque podría causarte una lesión y la adaptación a la raqueta sería más complicada. Lo ideal sería comenzar con no más de 5 gramos.
Siempre que metemos un cambio en una raqueta para aumentar alguna característica, tenemos que tener en cuenta que estamos reduciendo otra. Por ejemplo, si aumentamos su peso, estamos reduciendo su maniobrabilidad; si desplazamos el balance hacia la cabeza, estamos reduciendo su control, si desplazamos el balance hacia el puño estamos reduciendo su potencia.
Cuando modificamos el peso y/o el balance en una raqueta, también estamos modificando el "swingweight". Este es un dato que posiblemente hayas visto muchas veces entre las características de una raqueta. El swingweight es la sensación de peso/ ligereza que percibimos al moverla como resultado de la relación peso/balance, y que se expresa en kg·cm2. El swingweight se obtiene a través de una fórmula matemática en la que se tiene en cuenta, entre otras, la masa total de la raqueta, la longitud de la raqueta desde el mango hasta el comienzo del marco, el balance, el período de oscilaciones que la raqueta tendría si la suspendiésemos desde el marco y la separásemos de su posición de equilibrio, así como la aceleración de la gravedad.
Cómo plomar adecuadamente:
¿Qué necesitamos?
Para comenzar a plomar, necesitaremos los siguientes materiales:
Nuestra raqueta.
Debemos tener en cuenta cuál es el peso y el balance de fábrica y qué es lo que queremos cambiar en ella. Ten en cuenta que los datos que vienen son sin cordaje y sin overgrip.
Plomo adhesivo.
Utilizaremos el plomo que viene en formato adhesivo. En nuestras tiendas encontrarás este plomo en el cual 1 metro corresponde a 28,5 gramos.
Regla
Nos será de utilidad para saber los gramos que queremos poner. Teniendo en cuenta que 1 metro corresponde a 28,5 gramos, mediante una regla de 3 sabremos cuantos centímetros necesitamos para un determinado peso. Por ejemplo, 1 gramo correspondería a 3,5 cm aproximadamente.
Tijeras
Para cortar el plomo y dividir las tiras en 2 para colocar en el marco.
Báscula de precisión.
Para comprobar los gramos de plomo que vamos añadiendo, así como el peso global de la raqueta una vez puestos.
Tabla de equilibrio (opcional).
Para una mayor precisión y control de las modificaciones que estamos haciendo en nuestra raqueta, es interesante contar con una tabla de equilibrio, ya que a través de ella sabremos su balance y como estamos modificando éste al añadir plomo. Existen en el mercado tablas de equilibrio que puedes adquirir, pero también puedes fabricar la tuya propia de una manera sencilla y económica.
Para fabricar una tabla de equilibrio solo necesitas:
1 tabla de aproximadamente 0,50 cm de largo x 0,35 cm ancho.
2 cáncamos del mismo tamaño.
Una varilla de cualquier material que entre por la argolla de los cáncamos.
Un metro de tela.
Bastará con trazar una línea horizontal en la parte de arriba de la tabla (a unos 45 cm o así desde la parte de abajo para operar con comodidad cuando montemos una raqueta) y colocar los cáncamos sobre esa línea en los laterales de la tabla. Pasaremos la varilla por los cáncamos de manera que quede paralela con esa línea y quede fija. A continuación, de forma perpendicular a la línea, pegaremos el metro de tela en el centro de la tabla hasta el final de la misma (el “0” del metro debe coincidir con la línea).
A nosotros nos ha quedado así:
Para saber el balance de la raqueta, basta con apoyarla en la varilla en línea recta con el metro, e ir desplazándola hasta que esta se quede en equilibrio. Nos fijaremos entonces donde termina la raqueta (la parte del tapón), ya que nos indicará coincidiendo con el metro cual es su balance.
Para una precisión milimétrica es mejor que acudas a un profesional que cuente con este aparato perfectamente calibrado, pero para una información aproximada es válida.
Zonas donde colocar el plomo
Imaginemos que el aro que forma nuestra raqueta fuese la esfera de un reloj. Para ayudar a guiarnos en los puntos donde debe colocarse el plomo en función de los resultados que queramos conseguir, tomaremos como referencia las horas de ese reloj.
Al aumentar el “swingweight” (determinado por el peso y el balance) aumentamos la inercia de la raqueta (más potencia) y disminuye su maniobrabilidad.
La colocación del plomo a las 2 y a las 10 aumenta el swingweight, además de desplazar el punto dulce de la raqueta hacia arriba. Esto se traduce en unas mejores sensaciones al golpear de manera descentrada en la parte de arriba de la raqueta, evitando también vibraciones al golpear en esa zona yhaciéndola más estable. Igualmente, el plomado a la 3 y a las 10 tiene el mismo efecto pero en menor medida.
Existen diversas maneras de poner plomo en el mango. La más sencilla y la que menos riesgo entraña es poner tiras de plomo adheridas al mango (debajo del grip). Existe otro método consistente en abrir el tapón y meter plomo dentro del mango, sellando nuevamente el tapón con grapas. Para ello se pueden usar las tiras pegadas por dentro, plomos de pesca (bien fijos mediante silicona o recubiertos con algodón de manera compacta para que no se desprendan) o solamente silicona. Sin embargo, estos métodos son más delicados y puedes estropear la raqueta o se pueden desprender y empezar a sonar, por lo que si no estás familiarizado con estos procesos es mejor que acudas a un profesional.
Cuánto peso poner
Ten en cuenta que no todas las personas tienen la misma constitución ni podemos manejar los mismos pesos. Sé cauto a la hora de empezar a plomar y hazlo poco a poco. De 5 a 10 gramos posiblemente sea más que suficiente, pero este es un aspecto que dependerá de las sensaciones que busques.
Explicaciones paso a paso
Vamos a ver un ejemplo práctico de cómo plomar una raqueta. En este caso, tengo una raqueta (300 gr de peso y un balance de 32 cm) a la que quiero desplazar ligeramente el balance hacia la cabeza, incrementando así su swingweight para conseguir meter más peso a la bola. Colocada en la tabla de equilibrio (y teniendo en cuenta que está encordada y tiene un sobregrip), el balance indicado es de aproximadamente 32,3 cm y el peso 318 gramos.
Como esta raqueta ya pesa 300 gramos de fábrica, que creo que es suficiente, y lo que quiero es desplazar ese balance un poco hacia arriba intentando añadirle el mínimo peso posible, lo que voy a a añadirle son 3 ó 4 gramos. Para ello, y atendiendo a que 1 metro son 28,5 gramos, necesitaré unos 10,5 cm. Lo mido con la regla, lo corto y lo peso para comprobarlo.
En este caso, para conseguir el efecto que busco la mejor zona para colocar el plomo son a las 12 en punto de la raqueta, es decir, en la parte de arriba del marco. Lo corto en 2 tiras para integrarlo lo mejor posible en el marco y lo pego a ambos lados de los canutillos. Como el plomo es adhesivo y se trata de concentrar el peso justamente en ese punto, en caso de necesitar más peso se podrían pegar superpuestas más tiras encima de las ya colocadas.
La mejor manera de ver si notamos los cambios que buscamos es en la pista entrenando, pero para una mejor referencia de los cambios que hemos hecho podemos comprobar como ha afectado a su balance colocando la raqueta en la tabla de equilibrio (es importante que lo hayas hecho antes de meter ningún plomo para así ver la diferencia). También la volveremos a pesar para comprobar el peso global de la raqueta tras meter el plomo.
Y con esto, ya tendríamos la modificación hecha. Ahora solo falta probarla en la pista, comparar sensaciones, y modificar de nuevo en caso de no ser exactamente lo que buscamos, pero teniendo en cuenta si vamos por el buen camino para conseguir nuestra “raqueta perfecta”.