En el post de hoy hablaremos de las lesiones más comunes cuando practicamos un deporte tan dinámico como el tenis. La mayoría de estas lesiones vienen causadas por una práctica excesiva, frecuentemente localizadas las lesiones en hombros muñecas y codos. No obstante, estas lesiones también pueden venir causadas por malas posturas en el golpeo o por un calentamiento previo inadecuado.
A continuación veremos algunas de las principales lesiones que podremos sufrir a lo largo de nuestra carrera como tenista, independiente de que seamos profesionales o amateurs.
La lesión o tendinitis más común que encontramos sobre los hombros se produce en el manguito rotador, el cual se encarga de la rotación de nuestros brazos. Esta lesión viene causada por una mala condición física y falta de fuerza de los músculos del manguito rotador, cuando realizamos movimientos de rotación del brazo por encima de la cabeza, situación que se da de forma repetida en el tenis.
Codo de tenista.
El codo de tenista o epicondilitis es posiblemente una de las lesiones más conocidas y de las que más oímos hablar en este deporte. Se trata de un dolor repetitivo que afecta a la parte externa del codo. Entre sus principales factores encontramos la edad, (se ha detectado que ocurre con mayor frecuencias en personas que superan los 30 años), musculatura del codo, técnica incorrecta, grip, peso de la raqueta o tensión del cordaje.
Muñeca.
La lesión más común que podemos encontrar en la muñeca es la producida por el síndrome del túnel del carpo. Provoca un dolor agudo y poco intenso en la muñeca que avanza hacia los cuatro dedos a excepción del meñique. El principal factor que provoca esta lesión es tener una musculatura muy laxa en la muñeca, añadido a un uso repetido de esta en determinados golpes que afecten a esa zona en concreto.
La tendinitis en el ligamento rotuliano es una de las lesiones de rodilla más comunes y graves en un tenista. Produce un dolor agudo y constante cuando extendemos la pierna y hacemos fuerza sobre el cuádriceps, por ejemplo en movimientos de frenadas en desplazamientos laterales dentro de la pista, o en movimientos tan comunes como bajar escaleras. Sus causas se deben a la presión que los movimientos de este deporte ejercen sobre las rodillas, unido a una musculatura laxa.
Desgarros musculares.
Entre los más comunes podemos encontrar la pierna del tenis, es decir, una rotura muscular o parcial de gemelo interno. Ocurren generalmente por un repentino y rápido movimiento, por ejemplo en un saque y subida a la red. Esto es debido a una falta de calentamiento previo, más frecuentemente en personas de más de 40 años.
Fractura del estrés.
Son menos frecuentes en la práctica deportiva. Estas fracturas por estrés son el resultado de un incremento rápido en el ritmo de entrenamiento o de práctica deportiva. Cuando los músculos se cansan, el hueso está sujeto a más estrés. Estas roturas son usualmente fisuras en el hueso que causan mas dolor que una rotura. Las fracturas por estrés pueden presentarse en la pierna ( tibia o peroné) o en el pie (hueso escafoides o metatarsales).
En definitiva, tener una buena preparación física, así como gestos adecuados, no nos garantizarán no tener ninguna de las lesiones comentadas anteriormente, pero por el contrario, si facilitarán la disminución de ellas.